jueves, 29 de diciembre de 2011

Para empezar, una de romanos


En muchos sentidos la organización política, social y económica de la antigua Roma tiene mucho que ver con la organización que vive nuestra sociedad en la actualidad. Desde varios puntos de vista (entre ellos el punto de vista energético) la sociedad romana vivía en un sistema insostenible.

La Historia, como nos la han descrito nuestros antepasados, ha dejado sucinta huella de lo que un día fue el “centro del Universo” cuyo sustento estaba basado en lo que conocida y abiertamente era agotable, y claro,  como no podía ser de otra manera, un día se acabó.

Roma debía su grandeza a sus brillantes conquistas militares. Con cada conquista que realizaba, el tesoro de Roma crecía y crecía, y llegó a hacerlo hasta tal punto que un día hasta se pudo eximir de impuestos a los ciudadanos. Primero Macedonia, luego varias regiones de Hispania, cayó Ática hacia el 146 a.C., luego las Galias, Siria, etc., hasta llegar a Egipto. Las conquistas militares traían oro y riquezas que servían para financiar nuevas expediciones que a su vez traían más y más riquezas, recursos minerales, tierras donde cultivar, también traían mano de obra esclava; se disponía de nuevos bosques con madera, … en definitiva, existía un flujo cada vez mayor de energía disponible. Luego llegó el freno de la expansión: las primeras derrotas germanas y otros pueblos; y como prácticamente no había nada más que conquistar, Roma comenzó a defender la integridad de su territorio y comenzaron a construirse las grandes infraestructuras: murallas romanas, acueductos, calzadas, etc. Pero ya no llegaban los abundantes recursos como en épocas pasadas. Entonces Roma, que defendía sus intereses, se volcó con la fuente de energía que tenía más a mano: La Agricultura.

Con la agricultura comenzó la tala de bosques y se desarrolló  un importante sistema logístico, lo cual generó  riqueza durante un tiempo. Pero el ejército que había que mantener era demasiado costoso. Comenzaron a deteriorarse las infraestructuras creadas, que ahora eran más difíciles de mantener. Comenzaron los tributos aunque en algunos casos y debido a las extensas distancias que había que recorrer, resultaba más caro mantener el territorio que la riqueza que este generaba. La estructura militar no tardó en mostrar su descontento con la nueva situación y a la vez que se presionaba fiscalmente más a los ciudadanos y se les pedía un mayor esfuerzo a los esclavos, aparecieron numerosos casos de corrupción entre los gobernantes. Los agricultores, situados en tierras alejadas de Roma pagaban altísimos tributos  que apenas les permitía sustentarse y mientras tanto en Roma, se recortaban cada vez más asistencias sociales. Y eso que se venía de una época en la que prácticamente la tercera parte de Roma, recibía alguna asistencia pública alrededor del año 50 d.C.

Se abandonaron las tierras de cultivo. Algunas eran lagunas desecadas que al ser abandonadas volvieron a inundarse, propiciando así la aparición de plagas como la Malaria. A su vez, ya no llegaba suficiente alimento a la población que ya no disponía de la beneficencia pública y comenzó a enfermar y a morir. Se produjo una fuerte emigración de las tierras periféricas hacia Roma, dando lugar a grandes aglomeraciones en los barrios que a su vez provocaba que la plebe enfermara con mayor facilidad. Así hemos llegado a Nerón: Séneca recibe orden de suicidarse y arde Roma. (…/…)



Fuentes:                                                                                             
   1. "La economía del Hidrógeno", Jeremy Rifkin
   2.  Enciclopedia "EL PAIS". Ed. Salvat
   3.  Wikipedia  (http://bit.ly/rM7Wj5 )


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