En muchos sentidos la organización política, social y
económica de la antigua Roma tiene mucho que ver con la organización que vive
nuestra sociedad en la actualidad. Desde varios puntos de vista (entre ellos el
punto de vista energético) la sociedad romana vivía en un sistema insostenible.
La Historia, como nos la han descrito nuestros antepasados,
ha dejado sucinta huella de lo que un día fue el “centro del Universo” cuyo
sustento estaba basado en lo que conocida y abiertamente era agotable, y claro, como no podía ser de otra manera, un día se acabó.
Roma debía su grandeza a sus brillantes conquistas militares. Con cada conquista que realizaba, el tesoro de Roma crecía y crecía, y llegó a hacerlo hasta tal punto que un día hasta se pudo eximir de impuestos a los ciudadanos. Primero Macedonia, luego varias regiones de Hispania, cayó Ática hacia el 146 a.C., luego las Galias, Siria, etc., hasta llegar a Egipto. Las conquistas militares traían oro y riquezas que servían para financiar nuevas expediciones que a su vez traían más y más riquezas, recursos minerales, tierras donde cultivar, también traían mano de obra esclava; se disponía de nuevos bosques con madera, … en definitiva, existía un flujo cada vez mayor de energía disponible. Luego llegó el freno de la expansión: las primeras derrotas germanas y otros pueblos; y como prácticamente no había nada más que conquistar, Roma comenzó a defender la integridad de su territorio y comenzaron a construirse las grandes infraestructuras: murallas romanas, acueductos, calzadas, etc. Pero ya no llegaban los abundantes recursos como en épocas pasadas. Entonces Roma, que defendía sus intereses, se volcó con la fuente de energía que tenía más a mano: La Agricultura.
Roma debía su grandeza a sus brillantes conquistas militares. Con cada conquista que realizaba, el tesoro de Roma crecía y crecía, y llegó a hacerlo hasta tal punto que un día hasta se pudo eximir de impuestos a los ciudadanos. Primero Macedonia, luego varias regiones de Hispania, cayó Ática hacia el 146 a.C., luego las Galias, Siria, etc., hasta llegar a Egipto. Las conquistas militares traían oro y riquezas que servían para financiar nuevas expediciones que a su vez traían más y más riquezas, recursos minerales, tierras donde cultivar, también traían mano de obra esclava; se disponía de nuevos bosques con madera, … en definitiva, existía un flujo cada vez mayor de energía disponible. Luego llegó el freno de la expansión: las primeras derrotas germanas y otros pueblos; y como prácticamente no había nada más que conquistar, Roma comenzó a defender la integridad de su territorio y comenzaron a construirse las grandes infraestructuras: murallas romanas, acueductos, calzadas, etc. Pero ya no llegaban los abundantes recursos como en épocas pasadas. Entonces Roma, que defendía sus intereses, se volcó con la fuente de energía que tenía más a mano: La Agricultura.
Con la agricultura comenzó la tala de bosques y se desarrolló un importante sistema logístico, lo cual generó riqueza durante un tiempo. Pero
el ejército que había que mantener era demasiado costoso. Comenzaron a
deteriorarse las infraestructuras creadas, que ahora eran más difíciles de
mantener. Comenzaron los tributos aunque en algunos casos y debido a las
extensas distancias que había que recorrer, resultaba más caro mantener el
territorio que la riqueza que este generaba. La estructura militar no tardó en
mostrar su descontento con la nueva situación y a la vez que se presionaba
fiscalmente más a los ciudadanos y se les pedía un mayor esfuerzo a los
esclavos, aparecieron numerosos casos de corrupción entre los gobernantes. Los agricultores,
situados en tierras alejadas de Roma pagaban altísimos tributos que apenas les permitía sustentarse y mientras
tanto en Roma, se recortaban cada vez más asistencias sociales. Y eso que se venía
de una época en la que prácticamente la tercera parte de Roma, recibía alguna
asistencia pública alrededor del año 50 d.C.
Se abandonaron las tierras de cultivo. Algunas eran lagunas
desecadas que al ser abandonadas volvieron a inundarse, propiciando así la aparición
de plagas como la Malaria. A su vez, ya no llegaba suficiente alimento a la población
que ya no disponía de la beneficencia pública y comenzó a enfermar y a morir. Se
produjo una fuerte emigración de las tierras periféricas hacia Roma, dando
lugar a grandes aglomeraciones en los barrios que a su vez provocaba que la
plebe enfermara con mayor facilidad. Así hemos llegado a Nerón: Séneca recibe orden
de suicidarse y arde Roma. (…/…)
Fuentes:
1. "La economía del Hidrógeno", Jeremy Rifkin
2. Enciclopedia "EL PAIS". Ed. Salvat
3. Wikipedia (http://bit.ly/rM7Wj5 )
Fuentes:
1. "La economía del Hidrógeno", Jeremy Rifkin
2. Enciclopedia "EL PAIS". Ed. Salvat
3. Wikipedia (http://bit.ly/rM7Wj5 )